sábado, 3 de enero de 2009

La diligencia debida

Fuente de la imagen: pexels en picabay
Según Duane y otros[1], la diligencia debida (due diligence en inglés), tiene que ver con el ejercicio del cuidado que normalmente se espera que tome una empresa o persona razonable, a modo de “un buen padre o madre con su hijo o hija”, antes de celebrar un acuerdo o contrato con otra parte o un acto con un cierto estándar de diligencia. Puede ser una obligación legal, pero el término se aplicará más comúnmente a las investigaciones voluntarias de las empresas[2].

Para Chapman[3], la teoría que soporta la diligencia debida, sostiene que este tipo de investigación contribuye significativamente a la toma de decisiones informada, al mejorar la cantidad y calidad de la información disponible para los tomadores de decisiones y al asegurar que la información se use sistemáticamente para deliberar sobre la decisión en cuestión, costes, beneficios y riesgos. Fuente de la imagen: archivo propio. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: Pexels en pixabay.
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[1] Hoskisson, Robert E.; Hitt, Michael A.; Ireland, R. Duane. Competing for Advantage. Ed. South-Western/Thomson Learning. 2004.
[2] Un ejemplo común de diligencia debida en varias industrias es el proceso mediante el cual un adquirente potencial evalúa una empresa objetivo o sus activos para una adquisición.
[3] Chapman, C. E. Conducting Due Diligence. Ed. Practicing Law Institute. 2006.