Mucha caña al sector privado para que cumplan con los requisitos mercantiles en materia de contabilidad e información económica y financiera y ninguna presión al sector público para que lleve el mismo ritmo de gestión e información. Según un informe del Tribunal de Cuentas, realizado en el año 2005, el 64% de los ayuntamientos españoles no rinde cuentas en la fecha prevista (leído en la pág. 40 de la Gaceta de los Negocios, 17/05/07). Pero lo más grave es que, incompresiblemente, la transparencia contable sigue siendo la asignatura pendiente de las corporaciones locales españolas. Ahora, en las elecciones municipales, con todos los municipios patas arriba por las obras y por el apresurado cumplimiento de los servicios básicos (los policías se pasean por el barrio, la basura se recoge a su hora, etc.), vienen los políticos a pedirme que los vote.
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Examinaré los espléndidos e inmaculados programas electorales por si en alguno de ellos aparece un punto que diga algo así: “Si me elegís como alcalde, me comprometo a comprender que el dinamismo corporativo municipal consiste en una sucesión de relaciones entre gestores, políticos y usuarios externos de la información sobre la actividad administrativa de nuestro ayuntamiento y, en consecuencia, propiciaré la aplicación de la transparencia total en la gestión y el control económico, financiero y operativo”. Con independencia del color político del partido donde militara este candidato a alcalde, en mi ranking íntimo más opciones tendría para votar su candidatura.
